Primer Milagro 

 

En 1623 al pasar un volatinero con su familia que venía de San Luis Potosí para ir a Guadalajara  (es posible que San Juan en ese tiempo haya sido una posta, por el paso de los Reales de Minas de Zacatecas y San Luis de Nueva Galicia) una de sus hijas que hacía un acto circense cayó sobre una tabla con dagas y murió, lo cual causó consternación  entre los vecinos y dolor a la familia, que inconsolable no sabía qué hacer  y al ver  la pena, la india Ana Lucia, les comentó que ella conservaba la imagen del Cihuapilli (Señora) que un franciscano le había entregado, con la cual se peleaba, porque ella la colocaba en la sacristía y aparecía en el altar y que consideraba que todo lo que le pidieran, ella se los otorgaba: corrió por la imagen y se la colocó a la niña en el pecho y la niña volvió a la vida.

 

El papá de la niña viendo que estaba muy deteriorada la imagen, pide permiso a los indios para llevarla a Guadalajara para restaurarla, y se lo permiten y ya en ese lugar en el Mesón de la Correa, se presentó un escultor con unos oficiales para restaurar imágenes y se la entrega y al día siguiente (así lo afirma Tello) la regresan bien restaurada y hermosa y cuando quiso el volatinero pagarles ya no estaban los restauradores, ni los encontraron al buscarlos, porque nadie supo darles noticias de ellos.

 

De vuelta a San Juan entregan la imagen a Jerónimo de Arona y a los indios y principia la fama de tantos favores que obligó al Cura de Jalostotitlán (pertenecíamos a esa parroquia en lo eclesiástico) Diego Camarena, a restaurar la ermita, en 1633 se autoriza la españolización y en 1634 el Sr. Obispo Leonel de Cervantes y Carvajal, comisionan a Juan Contreras Fuerte para levantar la información necesaria sobre el primer milagro de la Inmaculada Concepción.